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Poeta español (Madrid 1764 - Orthez, Francia, 1809).
Estudió en Salamanca, donde intimó con Meléndez Valdés, quien le consideró su discípulo predilecto, junto a Quintana. En esta ciudad, cuna del movimiento ilustrado español, leyó a Locke, Young, Condillac, Montesquieu y Rousseau, entre otros autores, que le formaron una mentalidad entre el reformismo ilustrado y el prerromanticismo.
En 1788 probablemente había ya regresado a Madrid. Junto con Meléndez Valdés y otros escritores pidió autorización para publicar un periódico que abarcara artes y ciencias, proyecto que fue rechazado. Sin embargo, poco después de haber publicado el primer tomo de sus Poesías (1798), el propio gobierno le confió la redacción de la Gaceta de Madrid y del Mercurio y al mismo tiempo fue nombrado oficial de la secretaría del Estado. Fue uno de los primeros cantores de la paz de Basilea (1795) y elogió a Napoleón por «haber respetado la patria de Virgilio».
Durante la ocupación francesa en España siguió en la redacción de la Gaceta; pero el 4 de Mayo de 1808 mandó un escrito a la Junta de Gobierno en el que dimitía de la oficialía de la secretaría de Estado. Sus amigos lograron evitar que fuera condenado a muerte, pero murió a los pocos días de su deportación.
El caso de Cienfuegos es un claro ejemplo de la actitud adoptada por ciertos afrancesados: Jovellanos, Quintana, etc. Como este último, hizo gala de una actitud muy liberal y aun quizá le superó por la violencia expresiva. Sus poemas contra la guerra, contra la injusticia social, en torno al problema del campesinado, sus invocaciones en favor de la fraternidad universal, su intransigencia contra la nobleza, son ecos de una latente fuerza revolucionaria. Sus poesías completas fueron publicadas en 1816 con el título de Obras poéticas, en dos tomos.
Cultivó también el teatro, donde destaca, como en su poesía, su postura anticipadora del romanticismo. Si su actitud sensible ante la naturaleza y ante el dolor humano rompía a veces con los moldes neoclásicos, en el teatro la fuerza de las pasiones desborda la rígida estructura: La Zorayda (1815), La condesa de Castilla (1815), Idomeneo (1815), Las hermanas generosas (1815) y Pítaco (1822). Sus tragedias han sido tachadas de enfáticas y declamatorias y sus poesías tildadas de incorrectas y de faltas «de gusto». Las incorrecciones, cuando las hay, son fruto de un desbordamiento generalmente sentimental; {títulos de poemas} le convierten en el poeta más importante de la transición hacia el romanticismo.
(Real academia española, 1801.)
{Las fechas indicadas para las obras de teatro son posteriores a su muerte, de donde deducimos que se trate de sus estrenos o publicaciones.}
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