[GELEX77]
Honorato de Balzac. Honoré de Balzac.
Escritor francés (Tours 1799 - París 1850).
Hijo de un antiguo campesino de los alrededores de Albi, que desempeñaba un cargo en la intendencia militar. Después de pasar siete años en un internado de Vendôme (1807-1813), siguió a su familia a París (1814), donde, durante unos meses, trabajó con un procurador y un notario, porque su padre quería que fuera notario. En 1819 -año en que los Balzac se instalaron en el pueblo de Villeparisis-, proclamó su vocación de escritor, y logró que su familia le concediese un plazo de dos años para demostrar sus aptitudes; durante quince meses vivió en París completamente solo y pasando toda clase de privaciones, y como su drama en verso -Cromwell- fue un fracaso, en 1820 se reintegró a su hogar, aunque pasaba temporadas en la capital.
{En 1822 recibe apoyo de Mme. de Berny} y ese año comenzó a publicar sus primeras novelas, firmadas con pseudónimos [títulos], que no le dieron ni fama ni dinero, y en 1825 se lanzó a una serie de negocios que terminaron con la quiebra en 1828. A partir de ese momento decidió consagrarse enteramente a la literatura, y al cabo de unos meses aparecería la primera novela firmada con su nombre [...], que tuvo gran éxito.
[Títulos de ensayos y muchas novelas]. Mientras, frecuentaba los salones de la alta sociedad y su colaboración en periódicos y revistas era muy solicitada. Al mismo tiempo, pasó de un liberalismo juvenil a la ideología legitimista.
[Más títulos, relaciones amorosas, viajes, adquisiciones...]
A su producción novelesca hay que añadir [cuentos], el teatro -Vautrin (1840), Los recursos de Quinola, 1842), etc., diversas obras de temas muy variados, y una copiosísima correspondencia de gran interés.
La prosa de Balzac, irregular y desaliñada, hace revivir ante el lector toda la sociedad francesa de la primera mitad del s. XIX; haciendo, según su propia expresión, «la competencia al registro civil»; la grandeza de esta síntesis novelesca, indudablemente la de mayor alcance y profundidad de toda la literatura moderna, residen en la conjunción de un gran arte de narrador y de una extraordinaria hondura en el análisis de los resortes psicológicos y sociales de los personajes que presenta; plenamente inmerso en la atmósfera moral de la monarquía de julio, el mundo de Balzac es una lúcida imagen de las paradojas y contradicciones en que se debate el hombre y la sociedad moderna, en un momento en que las estructuras tradicionales habían hecho crisis. Sus convicciones religiosas, políticas y sociales distan mucho de corresponder a las que impregnan y dan sentido a sus novelas, pero su inconsciente fidelidad a la época en que vivió -la del franco declive de la aristocracia y el auge de la escala de valores de la burguesía triunfante-, proporciona al lector de hoy un panorama de actitudes y problemas que no ha perdido su validez con el paso del tiempo.
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