12.4.22

Dístico

[GELEX77]

Dístico.

n.m. (griego distikhos, de dis, dos veces, y stikhos, verso).

Métr. clás. Estrofa de dos versos, como el epodo, el alcmanio, el
pitiyambo, el arquíloco: El dístico más frecuente de todos, el dístico
elegíaco, compuesto de un hexámetro y de un pentámetro dactílicos, era
metro favorito de los poetas elegíacos y epigramáticos.

Como modelo de dístico antiguo está el que Virgilio compuso para su
propio epitafio:

Mantua me genuit, Calabri rapuere; tenet nunc
Parthenope; cecini pascua, rura, duces.

(Mantua me dio la vida, Calabria me la quitó; Nápoles conserva ahora
mi cuerpo: he cantado los prados, las tierras de labor y los guerreros.

Casi todos los epigramas de la 'Antología griega' están compuestos en
dísticos elegíacos, empleados por los poetas elegíacos del s. VI aJC,
Arquíloco y Mímnermo.  Entre los latinos fue el metro preferido por
Ovidio y aparece con frecuencia en los epigramas (Catulo, Marcial,
etc.) y en las inscripciones funerarias.

Métr. española.  Composición poética que consta de dos versos con los
cuales se expresa un concepto completo.

El dístico se emplea a veces para rematar otras composiciones en prosa
o verso y resume brevemente lo expresado en aquéllas; tales son la
mayoría de los dísticos utilizados por don Juan Manuel al final de los
ejemplos de 'El conde Lucanor', y el mismo valor tienen gran parte de
los refranes españoles:

Non te espantes por cosa sin razón,
mas defiéndete bien como fuerte varón.

(Don Juan Manuel)

Se suele llamar también dístico a una composición poética compuesta
por dos versos, cada uno de los cuales consta de dos hemistiquios,
bien 7-5, 5-7, 6-7, 7-6, etc., que intenta imitar el ritmo del dístico
elegíaco latino.  Los primeros ensayos surgen en el Siglo de Oro con
Díaz Rengifo y con Esteban Manuel de Villegas:

No el fuerte Ayaces, no los troyanos acusa.
'Mis propios griegos culpo', muriendo dice.

(E. M. Villegas)

Durante el periodo romántico volvieron a ensayar el dístico con
fortuna Alberto Lisa y Sinibaldo de Mas; durante el modernismo,
E. M. Barreda y Eduardo Marquina:

[y ponen una estrofa de 4 versos, ay ay ay]
 

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