20.9.20

Amétrico,a

[GELEX77]

adj. y n.

Dícese de aquellos versos que no se sujetan a un mismo número de sílabas. (Sin. ANISOSILÁBICO, ASILÁBICO, IRREGULAR.)

Métric. esp. Los versos amétricos son acentuales cuando tienen un número variable de cláusulas de un mismo tipo rítmico y las diferencias de medida silábica no alteran este ritmo:

Yo, madre, yo
  ó   o  o    óo
que la flor de la villa me só.
o   o   ó   o   o   ó   o   o  óo
(Anónimo)

Son versos amétricos libres los que no guardan uniformidad silábica ni rítmica:

Desde la puerta un punto,
vario un paisaje vese. Naves tristes, navíos,
barquillas.
(V. Aleixandre)

 {El problema de este ejemplo es que, si se pone como verso propio lo que comienza con «naves», que es como realmente se leería en voz alta, se nota la medida estricta del poema:
Desde la puerta un punto, (heptasílabo -uu-u-u)
vario un paisaje vese.        (heptasílabo -uu-u-u) 
Naves tristes, navíos,        (heptasílabo -u-uu-u)
barquillas.                         (pie quebrado)
El autor nos engaña con la disposición, pero en realidad el ejemplo no es para nada «amétrico libre».}

Existe también la modalidad llamada fluctuante, cuya ametría no excede de un margen relativamente limitado de un metro determinado, con el cual suele a veces coincidir:

Qui triste tiene su coraçon
benga oyr esta razón.
Odrá razón acabada,
feyta de amor e bien rimada.
(Razón feita de amor)

 {El propio texto del ejemplo llama a la rima bien hecha, en este caso pareados consonantes, que compensa la inexactitud de la tendencia a los eneasílabos.  Los raperos contemporáneos emplean mucho este recurso.}

Los versos juglarescos, épicos y líricos, fueron normalmente amétricos. El mester de clerecía, para diferenciarse del de juglaría, empleó siempre el isosilabismo, aunque a veces existan versos fluctuantes, como sucede con algunos alejandrinos del Libro de buen amor. La gaya ciencia fue menos rígida, permitiendo también la modalidad fluctuante en los versos de arte mayor. Durante el renacimiento y el siglo de oro la ametría convivió con la metría, como expresión de lo tradicional y popular frente a lo culto. Casi desapareció durante el neoclasicismo, pero resurgió con más fuerza en el romanticismo y modernismo; finalmente, el posmodernismo hace uso habitual del verso amétrico acentual y libre, aunque parece existir ahora una reacción a favor de la metría o, al menos, del verso amétrico acentual.

{Muy discutible todo este último párrafo.}

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