Ballet

[GELEX77]

Ballet.

n.m. (voz francesa).

Representación teatral por medio de danza, mímica y música
orquestal. || Agrupación de artistas que lo representa. ||
Pl. Ballets.

Historia del ballet

Los orígenes del ballet propiamente dicho se remontan al s. XV; en la
Italia renacentista, los tratados de danza de los maestros en este
arte, Doménico de Ferrara, Guglielmo Ebreo y Antonio Cornazano,
dejaron sentados los principios básicos de la composición
coreográfica, y enumeraron pasos y reglas, subordinándolos a la
métrica musical.  En la época de la llegada a Francia de Catalina de
Médicis, los italianos introdujeron en este país los ballets, el
primero de los cuales fue el 'Ballet cómico de la Reina' (Ballet
comique de la Reine), creado por Beaujoyeux y estrenado bajo el
reinado de Enrique IV (1581).  Durante los reinados de Enrique IV y de Luis XIII,
el ballet cortesano, en forma de pantomima con cantos, alcanzó gran
desarrollo; los argumentos podían ser heroicos, mitológicos,
novelescos o burlescos.  Los bailarines profesionales fueron
sustituyendo poco a poco a los cortesanos, a quienes se reservaba la
entrada y el gran ballet final; los recitados poéticos fueron
desapareciendo, mientras la música y la danza fueron adquiriendo cada
vez más importancia.  En tiempos de Luis XIV, con el poeta Benserade,
el compositor Lully y el coreógrafo Pierre Beauchamp, se inicia la
edad de oro del ballet, en el que ya participan solo profesionales; a
fines del s. XVII y principios del XVIII, el ballet francés conoció un
gran impulso, se enriqueció la técnica académica, se fijaron ciertas
reglas, y en toda Europa crearon escuela la Prévost, la Camargo, la
Sallé y los grandes bailarines Gaëtan A. Vestris, Lany, Blondy,
Dumoulin y, más tarde, Dauverbal y Gardel.  Los primeros ballets de
acción o pantomimas se crearon en el reinado de Luis XVI; Noverre fue
el promotor de este género de ballet.  El ballet de acción se
componía sobre un argumento cuyo desenlace solía ser trágico, y en la
técnica del baile se daba más importancia a los gestos y expresiones
del rostro que a los pasos; el cuerpo de baile constituía una especie
de telón de fondo sobre el que actuaban los principales intérpretes,
en los que recaía totalmente el desarrollo de la acción.  En vez de
elegir una partitura y unos pasos, Noverre buscaba un argumento que le
permitiera admitir la inclusión de bailes, y posteriormente adaptaba
la música a cada escena. Este coreógrafo rechazó los trajes
cortesanos, y vistió a sus personajes de acuerdo con la acción y la
época.

El austríaco Hilferding, el italiano Angiolini y, más tarde, los
franceses [danés] Bournonville y Didelot, dieron a conocer el ballet-pantomima
en Italia, Rusia y Dinamarca.  Hacia 1830 el ballet romántico alcanzó
su máximo esplendor.  La bailarina, con su tutú de muselina, se hizo
etérea: es la epoca de María Taglioni, de la 'Sílfide' de Carlota
Grisi y de 'Giselle'; ya en la segunda mitad del s. XIX, después de
los importantes ballets con música de Léo Delibes, la técnica buscó
inspiración en la poesía, pero pronto se
convirtió en una hazaña acrobática, carente de auténtica expresión
anímica.  Al cabo de algunos lustros en toda Europa el ballet dio la
sensación de haber perdido totalmente su contenido y su interés
artístico, salvo en Rusia, donde el coreógrafo francés Marius Petipa
mantuvo la gran tradición del ballet francés, y creó verdaderas obras
maestras.  Al mismo tiempo, Enrico Cecchetti vivificó y renovó
la danza académica en la escuela del Teatro Imperial de París.  Estos
factores prepararon el terreno a la obra de Serge Diáguilev, quien
llegó a París en 1909, con Tamara Karsávina, Vaslav Nijinski, Anna
Pavlova y Michel Fokine, revolucionando la estética coreográfica e
iniciando la era del ballet moderno.

La 'revolución' Diáguilev

El ballet español

Entre las experiencias que aspiran a dar una nueva proyección al
ballet, gracias a la aportación del arte abstracto y de la música
electrónica, destacan los de Maurice Béjart, discutido creador que
utiliza en sus espectáculos efectos sonoros obtenidos con cintas
magnetofónicas en las que se ha grabado música concreta.